viernes, mayo 30, 2008

Hacienda somos todos

Leído el día 19-05-2008 en Radio Úbeda (Multimedia Giennense)

Estamos en plena vorágine de la campaña de la declaración de la renta y hay que ver la de quebraderos de cabeza que nos produce esa mezcolanza de números, letras y conceptos desconocidos y ambiguos para el común de los mortales. Pero no es solo quebradero de cabeza, en la mayoría de los casos lo que produce es una ira contenida al ver cómo cada año se nos da el consabido sablazo oficial a nuestros depauperados bolsillos. Y es que ya no nos vale eso de que “hacienda somos todos”, no señor, “hacienda somos todos los que pagamos”, el resto, que son muchos, pasan de rositas por el impuesto o fijan su domicilio en Mónaco, aunque eso sí, se benefician de la redistribución de las rentas.

El caso es que hay muchos ejemplos para ilustrar lo antedicho. Hablemos del mercado del alquiler inmobiliario: raro es el día que no vemos a nuestros gobernantes en los medios informativos diciendo que hay que potenciar la vivienda de alquiler frente a los ya inasumibles precios de viviendas en propiedad. Como declaración de intenciones, “chapeau”. Pero después, en la práctica, hacen justamente lo contrario, en esta declaración que estamos en plazo de presentar se ha eliminado la deducción por alquiler de la vivienda habitual. Antes, los contratos de arrendamiento anteriores a 1998 eran motivo de deducción, ahora ya están eliminados, lo que supone que el que se viera en esa situación en los ejercicios anteriores, esta año comprobará que, en definitiva, lo que se le ha hecho ha sido aumentarle la presión fiscal. Eso sí, instan al inquilino a que identifique al arrendador, que a ese sí le van a ajustar las cuentas. Pero dirán es que a los jóvenes les ayudamos con 200€ mensuales para pagar el alquiler; muy bien, pero ya se los sacarán al dueño del piso, con lo cual esa cantidad la repercute en la mensualidad y el resultado final es que todo esto ha llevado a un encarecimiento del mercado de alquiler de viviendas y hoy es difícil encontrar un pisito por menos de 500€ mensuales, o sea, más del 50% del sueldo habitual en el entramado empresarial de nuestro querido Santo Reino. Si esto es una medida social que venga Dios y lo vea, o mejor que no lo vea, que les dé directamente una mano de pescozones a los eruditos que ha ideado tal medida.

Pues bien, como vivir de alquiler parece ser que es un lujo y así lo hemos de asumir, han eliminado esa deducción de la declaración de la renta y para compensar, ¡oh cielos! han decidido que no hay nada más socialmente justo que deducir -¿saben qué?- ¡las cuotas de afiliación a un partido político!. Que no, que no estoy de broma; es cierto, el clientelismo político reflejado en la declaración. Y para colmo, las mismas cantidades dan resultados distintos según las comunidades autónomas en las que se rellene el impreso. Hagan la prueba ahora que casi todos tenemos acceso a internet: con la misma cantidad se obtiene más devolución en Madrid que en Andalucía, es decir, la presión fiscal es más alta por estos pagos que en la tierra del oso y el madroño, ¿acaso se refleja eso en infraestructuras y oportunidades de ocio, por ejemplo? Nada, que al final siempre terminamos pagando los mismos; va a ser verdad eso de que “todo está atado y bien atado”. Que tengan un buen día.

miércoles, mayo 28, 2008

D. Enrique Toral Peñaranda dará una conferencia en Úbeda

Dentro de muy poco tendremos una ocasión que ningún interesado en la historia y la cultura de Úbeda debe desaprovechar. El próximo día 29 de mayo, jueves, a las 20'30 horas el prestigioso investigador Enrique Toral Peñaranda pronunciará una conferencia en el Hospital de Santiago a las ocho y media de la tarde. Durante muchos años quienes hemos seguido su trayectoria intelectual, especialmente a partir de 1975, estábamos esperando disfrutar también con su palabra.
Enrique Toral Peñaranda. Fotografía del I.E.G.
D. Enrique, como es conocido afectuosamente entre los estudiosos e investigadores, no es persona nueva en nuestra ciudad. Madrileño de nacimiento y residencia, funcionario del Ministerio de Justicia, donde desarrolló una brillante carrera y en el que ocupó puestos de gran relevancia, ha sido un gran admirador de Úbeda desde que en 1946 la visitara por primera vez. No en vano a ella le ha dedicado una parte importante de su producción científica como investigador histórico y genealogista.

A su reconocida autoridad como historiador y genealogista, añade una calidad humana y una generosidad excepcionales, pues a sus aportaciones intelectuales hay que añadir el apoyo material directo a múltiples iniciativas culturales. Asiduo colaborador de casi todas las publicaciones provinciales, sus estudios han iluminado también las páginas de las revistas Vbeda e Ibiut y sus estudios sobre Úbeda han conseguido desentrañar momentos significativos de nuestra historia. Su "Úbeda 1442-1510", agotada desde hace ya demasiados años, constituye una fuente fundamental para el conocimiento de la ciudad en este periodo a caballo entre la Edad Media y la Moderna.

Con la conferencia que pronunciará el próximo jueves, el octogenario investigador regresa públicamente a Úbeda, ciudad que asidua, privada y silenciosamente nunca ha dejado de visitar en los últimos sesenta años. En ella tuvo alguno de sus grandes amigos y la conferencia que ahora nos dedique, posiblemente, será en homenaje a todos ellos.

Tanto la visita a nuestra ciudad como la conferencia han sido organizadas por el Ayuntamiento a través de la Biblioteca Pública Municipal con el apoyo de la Asociación Cultural «Enrique Toral y Pilar Soler».

lunes, mayo 26, 2008

«Tarifa 2.0 con discriminación horaria nocturna»

Recientemente el Sr. Ministro de Industria, ante una incómoda pregunta acerca de la desaparición de la tarifa nocturna, renunció a la evasiva filológica que le habría permitido afirmar que no desaparecía. La reserva mental necesaria para hacerlo, mayor en volumen que la cantidad de agua embalsada en los pantanos del país expresada en litros, habría consistido en omitir que lo que desaparecía a partir del día 1 de julio era la “tarifa 2.0 con discriminación horaria nocturna” y no esa “tarifa nocturna” por la que le preguntaban y que nunca existió.

No, el Sr. Sebastián tuvo un gesto honrado. Al decir que no desaparecía sino que se ampliaba a 14 horas, fue generoso y contestó mucho más de lo que se le preguntaba. Demostró que era capaz de allanarse graciosamente a aceptar el vulgarismo de identificar tal “tarifa nocturna” con lo que técnica y jurídicamente se denomina de otra forma. También que en el delgado equilibrio de la política española no sólo el cinismo admite gradaciones. A estas alturas de la vida política española sería ocioso remitir a nadie a la página 28.327 del BOE del 30 junio de 2007 para que hiciera comprobaciones.

Pese a todo, la respuesta del Sr. Ministro fue, como hemos dicho, un gesto honrado. Sólo que en la respuesta utilizó el mismo lenguaje vulgar y poco técnico que envolvía la pregunta, nada adecuado para aclarar que no había ampliación alguna del horario, sino que se trataba de una nueva tarifa, totalmente distinta, la que el Gobierno imponía a los consumidores en beneficio de las multinacionales de siempre. Son los inconvenientes de aceptar todos los escenarios y contestar preguntas formuladas con la imprecisión característica del lenguaje vulgar de quienes no son altos cargos. Falta de costumbre.

Lástima que las prisas con que debe proceder un Ministro de Su Majestad, a quien los compromisos continuos imponen una apretadísima agenda, no le permitieran precisar que esta nueva tarifa significa permitir a las compañías eléctricas modificar en su beneficio más de un millón de contratos privados suscritos con sus clientes, súbditos por cierto del Reino –digo, ciudadanos–.

Lástima también que esas prisas no le permitieran desmentir que la mejora de la tarifa trasladará periódicamente del bolsillo de esos clientes 150 millones de euros a las eléctricas sin que eso suponga contraprestación alguna por parte de las grandes compañías.

Látima. Nos habría gustado ver qué cara pone un Ministro de Su Majestad cuando, para no mentir, construye una reserva mental de más entidad que las pérdidas que se han sufrido por la venta de un buen pellizco de las reservas de oro del Banco de España .

jueves, mayo 22, 2008

Fiestas del Renacimiento y respeto al patrimonio

Si hubiesen sido declaradas Patrimonio de la Humanidad, tendría atornillada una placa
Publicado en el Semanario Ubeda Información. Del 8 al 14 de julio de 2006


Hace ya algunos años (concretamente en septiembre del año 2000) me publicaron en este semanario [Ubeda Información], bajo el título de “Lumbreras de fin de siglo”, un articulito en el que venía a criticar la instalación de unos focos para iluminar la plaza de Santa María que utilizaban como soporte las propias cornisas de los monumentos, por una incomprensible e ilegal decisión de los responsables de la orden... Entonces venía a decir de forma irónica, pero no por ello menos indignada, que Úbeda había alcanzado la singularidad que tanto se buscaba en el anhelado nombramiento como patrimonio de la humanidad al haber establecido que el arquitrabe, friso y cornisa clásicos se podían enriquecer con un nuevo elemento que en un futuro muy cercano llevaría a los tratados de arquitectura que el entablamento clásico ya estaba formado por arquitrabe, friso, cornisa y foco.


Algo más tarde y en las mismas páginas, venía a quejarme bajo el título “Como un arbolito de Navidad” de la incomprensible utilización del Hospital de Santiago como monumental valla publicitaria de todo tipo de “magnos eventos”, que muchas veces no tienen ni la menor categoría, y como sostén de unas lucecitas colgantes y pletóricas de espíritu navideño.


Por otro lado, como ante la expresión pública por mi parte de estas ideas no se me hizo ni caso, en más de una ocasión he procedido a tramitar en el registro de entrada de nuestro ayuntamiento una serie de escritos tanto sobre estas municipales actuaciones como sobre el no menos lamentable servicio de aparcamiento vigilado que eternamente se asigna a la plaza de Vázquez de Molina, pero una vez más he obtenido la callada por respuesta.


Y se preguntarán el porqué de esta serie de recuerdos y la respuesta -creo- es tan sencilla como oportuna ante las declaraciones de nuestro alcalde a los medios de comunicación locales, tras la inauguración de una placa conmemorativa de la declaración de la UNESCO como un acto más de las fiestas del Renacimiento, en el sentido de llamar la atención sobre la necesidad de que todos cuidemos nuestra ciudad y no nos parezcamos a esos incalificables ciudadanos que sistemáticamente la ensucian, estropean y degradan con pintadas y actos de vandalismo.


Con esto lógicamente hay que estar de acuerdo, pero ante lo que acontece no puedo dejar de pensar que no sólo estos hechos (desde la barbarie y la falta de civismo de unos pocos incontrolados) suponen degradación y una absoluta falta de respeto a nuestro patrimonio sino que también otros, como los citados al principio y como los que a continuación relato, lo son desde la irresponsabilidad y desde la falta de sentido común de quienes nos gobiernan y nos han gobernado. Degradación y falta de respeto es la colocación de esa citada placa en el mismísimo muro del Palacio de las Cadenas, taladrando una vez más sus tan honorables como poco respetadas piedras; degradación y falta de respeto es disponer unos juegos de artificio en su fachada en un acto estúpidamente denominado “quema del ayuntamiento”, que bien pudiera convertirse con algo de mala suerte en quema del Archivo Histórico; y degradación y falta de respeto es organizar unas esperpénticas fiestas en las que continuamente se pisotea la Historia y se “dinamiza” el casco histórico; es decir, en las que se montan tabernas, bares y chiringuitos, en las que se multiplica el número de decibelios para “regocijo” de los vecinos que ni están ni quieren estar dinamizados y mucho menos conocen el diccionario en que dinamizar sea sinónimo de alcohol callejero, de suciedad, de malos olores, de ruido, de falta de sueño y de privación de sus derechos; y en las que, por cierto, se gasta un dinero que verdaderamente podría utilizarse en CULTURA y no en una inefable patochada de campamentos militares made in Hollywood, de estelares exposiciones de instrumentos de tortura que parecen fabricados en Ikea, de exhibiciones de unos pobres animales y de un sinfín de tiendas, tabernas y otros muchos perifollos que, en conjunto, ni siquiera alcanzan la categoría de burdos y chabacanos por mucho que a todos se les dé el calificativo de renacentista.


No estoy en contra de acontecimientos de este tipo siempre y cuando se hagan con el respeto, veracidad y cuidado que ahora no veo ni en los resultados ni en los concejales responsables del “evento” ni en el patronato correspondiente y cuando nuestro patrimonio y nuestra cultura no estén tan necesitados de soluciones y de actuaciones más importantes, profundas, didácticas, serias y comprometidas con la obligación moral que tenemos de legarlos mejorados a las generaciones futuras. Recuerdo que estamos declarados PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD y no patrimonio de un turismo poco deseable o de los usuarios de las tabernas renacentistas, de las carpas de la feria de la tapa y de las veladas carnavaleras.


Con todo, para que no se me tache de negativo y de antiubetense, he de decir que estas fiestas, en tanto en cuanto se reorganizan hacia una verdadera manifestación cultural, sí tienen algo incuestionablemente positivo: es absolutamente prodigioso comprobar cómo desde hace tres años, por estas fechas, la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, allá en su hornacina de la Torre del Reloj, como la Gioconda, dibuja una enigmática sonrisa... ¿Será por la presencia de un Carlos I de opereta ganándose la vida o, mejor quizá, por ver a sus pies a algunos de nuestros ediles -perdón de nuestros caballeros veinticuatro- disfrazados de no se sabe muy bien qué y confundiendo Historia con Carnaval? Al menos -pensará ingenua la Virgen- están distraídos y contentos, sin concebir geniales ideas para la ciudad y sin desear gestionarlas magníficamente.


Publicado en el Semanario Ubeda Información. Del 8 al 14 de julio de 2006

martes, mayo 20, 2008

Fiestas del Renacimiento



Las Fiestas del Renacimiento, con las que tan fácil resulta no estar de acuerdo, sólo son un episodio más de la serie de calamidades que debe padecer el casco histórico de Úbeda como consecuencia de haber sido declarado Patrimonio de la Humanidad y, en consecuencia, estar en el punto de mira de todos los bienintencionados que pretenden revitalizarlo.

De estas fiestas, salvo que coinciden en el tiempo con el aniversario de la declaración, poco se puede decir. Ni tan siquiera que son una bufa parodia del Renacimiento, puesto que de hecho ni son renacentistas ni pretenden serlo, puesto que adoptan el adjetivo de templarias, medievales, de primavera, verano, o renacentistas según las exigencias del patrocinador de la fiesta. El patrocinador sí es un elemento esencial de todos estos chiringuitos: el que paga, que el que fija el cartel, siempre es un ayuntamiento.

En el caso de Úbeda, ante el asombroso escenario en que se convierte la Plaza de Vázquez de Molina, lo chabacano del montaje queda tan en evidencia que poco hay que abundar para convencer a quienes concurran a acontecimiento tan penoso.

Pero decíamos que las fiestas del renacimiento son sólo un episodio porque lo peligroso hasta la degradación es que todo aquello que consista en fiestas no tradicionales, que haga de la utilización abusiva de las vías públicas su principal característica, adornado siempre de cientos de vehículos mal aparcados y decibelios de sonido sin cuento que se perpetúan hasta bien entrada la noche, tiene por voluntad municipal su sede en la misma porción del casco histórico. Se diría que más que revitalizar el recinto intramuros lo que se pretende es sobresaltarlo, desvelarlo y sumergirlo en una vorágine permanente que, si no fuera porque siempre interviene y consiente la autoridad municipal, podríamos calificar como macrobotellón perpetuo.

Si no, recordemos también las fiestas de la tapa, las cruces de mayo, los mercadillos medievales y un etcétera tan largo que sólo los vecinos de la plaza Primero de Mayo serán capaces de recitar como letanía.

Todo esto termina, no puede ser de otro modo, con la institucionalización del casco histórico como lugar de expansión festiva del resto de la ciudad de Úbeda. Porque no nos engañemos. Ni fiestas del renacimiento, ni de la tapa, ni cruces de mayo ni ninguno de estos acontecimientos provocados o consentidos por el propio Ayuntamiento ayudan a atraer ningún visitante a nuestra ciudad. Basta con informarse de los paquetes turísticos en las agencias de viajes para comprobarlo. A lo sumo, los turistas que circunstancialmente se encuentren en la ciudad participarán (cómo podrán evitarlo los clientes del Parador Nacional de Turismo, por ejemplo) de la fiesta de turno, utilizando los bares mal montados en que consisten finalmente todas estas celebraciones.

A la postre, el casco histórico de Úbeda (en el eje que va desde la casa de las Torres hasta la plaza Primero de Mayo, pasando por la de Santo Domingo, Juan de Valencia, Vázquez de Molina y Alonso Martínez) se ha convertido en un ferial permanente que, a medio plazo, no tendrá más consecuencia que hacer de todo el conjunto un espacio inhábil para vivir en él. Eso, por otra parte, no dañará el negocio porque, a la postre, feriantes y clientes viven en otros lugares.

Curiosa paradoja. Cuando desaparezca la última tienda de ultramarinos en el casco histórico y sea sustituida por otro bar con terraza de verano, el ciclo se habrá cerrado: el recinto intramuros, en el que nació y se desarrolló nuestra ciudad, estará plenamente revitalizado y sus últimos habitantes por fin habrán encontrado la paz trasladando su domicilio a cualquier barrio de arquitectura racional y socialmente avanzada del norte.


Manifiesto en defensa de la Biblioteca



El nivel cultural y cívico de una ciudad viene determinado por el trato que dispensa a su Biblioteca. La Biblioteca Pública es fundamental para crear cultura, porque no hay cultura si no existe amor al libro: el libro es la palabra que crea y la soledad que genera, el libro es el espíritu que se eleva y la aventura que se vive. En los libros está -fresca y palpitante- la vida y ellos son lo mejor de la cultura.

Cuando se pretende que las Bibliotecas Públicas sean un escenario más del cúmulo de espectáculos en que se ha convertido la cultura en nuestro país, hay que recordar que incluso reducida a un angosto e incómodo almacén de libros la biblioteca crece, se regenera y se recrea cada vez que un ciudadano acude a ella para ejercer el delicado y democrático derecho, igualitario y republicano, en que consiste la lectura. Ejerciéndolo es como mejor crecemos en nuestra condición de seres libres.Por eso es imprescindible que los poderes públicos se impliquen en la Biblioteca.

Los habitantes de esta ciudad, de todas las ciudades, tenemos un derecho fundamental de acceso a la cultura, porque así progresamos como ciudadanos. Pero no hay cultura allí donde la Biblioteca Pública gime en el olvido.

Quienes guardamos un entrañable recuerdo de nuestra primera visita a la Biblioteca Municipal, los que quisiéramos verla como buque insignia de la cultura de nuestra ciudad, asistimos atónitos al papel que se le ha reservado.

Mientras no han parado de gestarse hitos culturales -fatuos, festivos, fugaces y caros- la Biblioteca ha sido olvidada. La democracia ubetense no ha encontrado ocasión para dotar a la Biblioteca "Juan Pasquau" de la dignidad que merece. Sólo los espacios sobrantes, las migajas del presupuesto, los rincones del olvido. Siempre otros compromisos que cumplir, otras prioridades que atender, otras urgencias que sofocar: el libro y el sagrado espacio cívico de la Biblioteca no han importado demasiado a las corporaciones democráticas en los últimos treinta años.

Consideramos que ha llegado el momento de poner fin a esta situación. Ha llegado el momento de que la Biblioteca vea reconocida su dignidad, que es la dignidad del libro, la dignidad de la cultura. Ha llegado el momento de desalojar lo que sea para que la Biblioteca Municipal tenga el espacio que necesita. Ha llegado el momento de cambiar las prioridades. Ha llegado el momento de que el presupuesto municipal prime lo importante sobre lo vistoso. Y lo importante aletea en el silencio de la Biblioteca Municipal y en la soledad ante un libro abierto. Y lo importante es que la Biblioteca inunde los recuerdos de la infancia, ilumine los ensueños adolescentes, disipe las zozobras adultas y vertebre ese delicado equilibrio de hábitos, conductas, creencias y sueños que constituyen la cultura de un pueblo.